Reconstrucción Ligamento cruzado anterior (LCA)

La técnica de reconstrucción del LCA es la que ha demostrado, hasta el momento, la mayor eficacia en el tratamiento de la inestabilidad articular.

Técnica quirúrgica

Principios básicos

Esta técnica consiste en el reemplazo del ligamento lesionado con un injerto, que puede ser obtenido del mismo paciente (autólogo o autoinjerto), cadavérico (homólogo o aloinjerto) o artificiales.

Los autoinjertos son los más comúnmente utilizados y se obtienen de tendones de la vecindad de la rodilla afectada. Estos son

1 El semitendinoso sólo o utilizado en conjunto al recto interno (Isquiotibiales)

2 El tercio medio del tendón rotuliano con tacos óseos de la inserción en la tuberosidad anterior de la tibia y el polo inferior de la rótula en sus extremos (HTH)

3 El tendón cuadricipital con o sin taco óseo del polo superior de la rótuia

Los aloinjertos se prefieren en reconstrucciones multiligamentarias (reconstrucción de dos o más ligamentos en la misma articulación), personas de edad avanzada con baja demanda deportiva o lesiones en prepúberes.

Una vez obtenido el injerto, mientras este se prepara en una mesa auxiliar, se realiza una artroscopia, evaluando la presencia de lesiones asociadas y procediendo a su tratamiento y luego se resecan los restos del ligamento lesionado y se prepara el espacio llamado intercóndilo donde se alojan el LCA y LCP (Ligamento Cruzado Posterior) y se practican dos túneles, uno en el fémur y otro en la tibia que respetando el sitio de inserción anatómico del LCA en cada uno de ellos. El diámetro de los túneles corresponde al tamaño del injerto y la longitud es de 35 a 40 mm.

Túnel femoral anatómico
Fijación injerto LCA

A continuación se pasa el injerto a través de los túneles y se fija con implantes que mantienen el injerto solidarizado al hueso, lo que permite mantener la tensión durante todo el rango de movilidad reproduciendo las características del ligamento original.